Tras perder a sus padres y su hermana en un accidente de tráfico, Yuuichi queda a cargo de su sobrino huérfano, Ayumu. Ambos se mudan a una ciudad junto al mar, con la intención de empezar una nueva vida.
La primera persona que conocen allí es Ryô, un cocinero que regenta un negocio de comida casera para llevar. Yuuichi se hace su cliente asiduo, ya que apenas sabe freír un huevo, además de ser torpe y despistado en general. Todo lo contrario que el popular, guapo y resolutivo cocinero.
Sin embargo, Ryô, bajo esa fachada de perfección y autosuficiencia, esconde un pasado marcado por las heridas. Yuuichi, con el fin de ayudarlo, intentará acercarse a ese solitario hombre que en sus ratos libres se dedica a mirar el mar. Mientras, en la misma playa, el pequeño Ayumu busca vidrios marinos: cristales rotos, maltratados por las olas hasta quedar convertidos en brillantes tesoros.