Madrid, 1933. Tristán Valdivia, periodista desnortado, editor sin éxito y amante sin ilusión, abandona la capital para volver al norte, a su hogar. Allí le espera su padre, don Amadeo Valdivia, marqués de Montecorvo. Son tiempos difíciles para el país, inmerso en las convulsiones de la II República, y el viejo aristócrata debe mantenerse a la cabeza de su feudo particular: la Compañía Minera del Noroeste. Sin embargo, no parece que la ayuda de su hijo gravemente enfermo sea suficiente. Para Tristán, que ha regresado al norte para morir, la situación dará un giro inesperado con la entrada en su vida DE Ibáñez, reportero de un periódico obrero semiclandestino, y Flora, una joven carbonera que el marqués contrata como camarera y que se convertirá en su particular ángel de la guarda.